Centro de la ciudad (Times Square)

Mordí mi labio inferior tratando de decifrar de donde me resultaba familiar. Mientras mas intentaba acordarme mas dificil resultaba, hasta que me fijé en la vidriera de libros que teníamos a un lado y recordé.
-De la primaria-sonreí mirándolo- Claro, yo soy unos tres o cuatro años mayor-me encogí de hombros.-Pero estoy segurisima

Miré a los lados y enarqué una ceja.
-Si, ya te había dicho mi nombre-fruncí levemente el ceño y sonreí divertida-¡Cuanto tiempo! -reí entre dientes.

Asentí.
-Gracias y si, me ha tratado bien. Mis padres quieren que siga con el negocio familiar y por ahora estopy trabajando como modelo-me encogí de hombros- ¿Y a ti cómo te va?-sonreí.

Sonreí y mis megillas tomaron algo de color que se desbaneció a los pocos segundos.
-Bueno, yo tampoco pensé encontrarme denuevo contigo-alcé las cejas y miré el relog-Ya se que no es la hora pero, ¿me acompañarias a desayunar? Es que, esta mañana me raptaron para fotos de ultimo momento y no pude ni desayunar-resoplé.

Me senté en un banco que había cerca de un parque y vi a lo lejos a alguien que me sonaba. Ah sí... Era aquel chico perdido del otro dia. Estaba con una chica. Metí mis manos en los bolsillos de mi cazadora y me acomodé en el banco, suspirando y mirando al suelo.

Alcé las cejas.
-¿De...acuerdo?-dije algo confundida por su expresión irritada y comencé a caminar, había divisado un bar cerca de allí.-¿Y a qué te dedicas?-le pregunte mientras avanzabamos lentamente hacia el bar.

Lo miré con una sonrisa.
-Por ahora...-me encogí de hombros y entramos al bar.

Caminé por el centro con una mano en el bolsillo y con la otra jugueteando con las llaves de mi casa, mientras miraba indiferentemente a las personas que pasaban. De pronto, vi por el rabillo del ojo a Helena Connor sentada en un barco. Sonreí divertido para mí mismo; aquella era una chica adorable e inocente, tanto que creía que lo del otro día tenía que significar algo. Me acerqué como si nada y me senté a su lado, como si no me hubiera dado cuenta de que estaba allí, y miré hacia delante con las manos en los bolsillos.

Estaba escuchando música por mi reproductor y cuando vi a Joe sentarse a mi lado, lo miré con el ceño fruncido de arriba a abajo, sin una expresión muy positiva y me quité un audiófono.
-¿Me estás vacilando? -dije alzando una ceja.

Miré hacia el lado y alcé las cejas como si estuviese sorprendido por haberme encontrado allí a Helena.
-Vaya, menuda sorpresa.-Fruncí el ceño.-¿Te conozco...?-bromeé sonriendo.

Alcé una ceja y luego rodé los ojos.
-No me gustan las bromas -dije alzando la cabeza con cierta superioridad, intenando ignorarlo.

-Entonces no tienes sentido del humor... es una lástima.-suspiré, echando la cabeza hacia atrás.-Se te ve más guapa sonriendo.

Alcé una ceja, mirándolo con una cara algo más calmada, pero volvi a mi espresión anterior.
-Yo siempre estoy guapa -dije como si fuera obvio, aún con ese aire de superioridad.

Di un saltito disimulado hacia donde estaba ella para acercarme más.
-Si, eso es algo que no te puedo discutir...-dije casi en tono confidencial, echándome el pelo hacia atrás con una mano y sonriéndola con picardía.-¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este? No te pega nada.-dije refiriéndome a la calle tan alborotada y llena de jóvenes, la mayoría de ellos escandalosos.

Lo miré por el rabillo del ojo.
-La pregunta es, ¿Qué haces tú aquí? Con un tono tan... tan... pícaro e... e... insinuante -dije cruzada de brazos.

-¿Yo? Pasear un rato para ver a chicas interesantes.-arqueé una ceja, pasando mi brazo por el respaldo del banco, por la espalda de Helena.-¿Es que te parezco pícaro e insinuante?-dije acercándome aún más aunque sin violar su espacio vital.

Miré su brazo de reojo, apartándome un poco, acercandome cada vez más a la esquina del banco.
-Me temo que sí. Y siento decepcionarte, aquí no veo a ninguna chica interesante aparte de mi, y conmigo ya, no tienes nada que hacer. Así que... -sonreí amargamente, haciendo un gesto para que se alejara de mi.

Arqueé una ceja y me alejé de ella sin perder la compostura. Retos... me gustaba la idea. Parecía que esa chica iba a ser más entretenida de lo que pensaba.
-Sí, es cierto, ahora mismo no veo a otra chica más interesante que tú.-dije clavando mi mirada en sus ojos.-¿Por qué estás tan fría? No te he hecho nada malo.-dije inocentemente ladeando la cabeza.

-No, que va... -dije con cierta ironía, desviando su mirada- Tú no eres el único que puede ser indiferente con el resto.